lunes, 2 de septiembre de 2013

Entrevista Sven Doehner


Entrevista realizada por Karina Esparza Pavliuchenko.


Sven Doehner, fundador de la psicología profunda en México, amablemente aceptó a contestar esta entrevista revelando en ella los fundamentos de su propuesta psicoterapeutica.

Llegué a la casa de Sven un poco antes de la hora acordada; mientras esperaba en su sala, observaba diversos adornos en cada rincón de su casa que indudablemente guardaban alguna historia. De pronto apareció Sven y amablemente me ofreció entrevistarlo en su consultorio. Este lugar parecía un santuario de objetos sagrados, místicos y únicos en su existencia. Cada una de las cosas estaba en su lugar y desde luego que tenía una importancia particular para Sven. Había espejos, libros, estatuas, flores entre muchas cosas más; el canto de pajaritos proveniente desde el jardín le daba un toque muy especial al espacio. Allí es donde empezó nuestra agradable plática: Sven desde el sillón del terapeuta y yo ocupando el lugar del paciente. 

K. E.: Sven, ¿podrías platicarme acerca de tu experiencia personal que te llevó hacia el descubrimiento de la psicología profunda?

Sven: Cuando me preguntas de qué es lo que me trajo estar sentado aquí trabajando como psicoterapeuta, me remite a todo el tiempo que me tomó descubrirlo como vocación, más que profesión. Hay dos vetas importantes para mencionar. Antes que nada, ¿me tomarías como mexicano? Mi aspecto es europeo, mi acento un poco gringo. Pero soy mexicano: nací aquí, mis padres nacieron aquí. Esa crisis de identidad que cada quien la vive y la sufre como le toca, yo la viví muy temprano, porque nunca me tomaron como lo que yo me sentía. La pregunta de ¿quién soy yo? comenzó a ocuparme desde mis primeras memorias. Esto y el choque entre que la gente no me ve cómo me siento, no solo desarrollaron una forma de expresar, sino también me ayudaron a darme cuenta de que no había manera de que me tomaran como lo que siento que soy. Allí comenzó una inquietud importante, ¿cómo salgo de esto?

Por otro lado, yo tengo ascendencia alemana, y allí hubo un incidente  en el que mi abuelo antes de la II Guerra Mundial quiso viajar en el Zeppelin a Hindenburg, el que explotó. Mi abuela tuvo un sueño en el que vio la explosión, por lo que trató de convencer a mi abuelo de  que no viajara en el Zeppelin, y él le dice: “¿Cómo vamos a tomar una decisión en base a un sueño?” Y procedió a seguir el viaje. Claro, explotó, él se murió y mi abuela sobrevivió. Entonces, en mis primeras memorias está esta cuestión de escuchar la historia del sueño y la importancia que ésta pudiera tener. Esto me dejó una semilla de que hay dos tipos de pensamiento: uno que es lineal basado en causa y efecto y otro que es asociativo. Vivimos en este mundo paralelo, entonces, ¿qué es esto de la percepción? Es mas allá de las sensaciones ordinarias, es decir, hay percepciones extraordinarias, a donde de alguna forma por mi pensamiento asociativo tengo acceso; en dado momento puede conectarme con eso o puede ser fuente de orientación y la toma de decisión. 

Entonces, comencé a hacerle mucho caso, a lo que después descubrí, un mundo inconsciente, paralelo al consciente,  y que la consciencia no es igual al ego. El ego es con el que se navega por el mundo, pero la consciencia es el darme cuenta, caer en cuenta de cosas, entonces se unieron las dos. Esta crisis de quién soy yo, con un conocimiento vivencial de que había mas allá de lo que sabemos, un mundo invisible, llamémoslo.

 Junto a eso llegaron los 60s y fue cuando me acordé de la importancia de los sueños. Comencé a prestarle atención a mis sueños, y fui en búsqueda de que alguien me ayudara. No me satisfizo nada, y con todo respeto, porque Freud es un gran maestro, pero esto de interpretar todo en base a algo pasado, en base a algo sexual, tendrá su lugar, pero hay algo más allá de explicar. Lo veo alrededor de mí, inclusive intenté un análisis freudiano, entendí muchas cosas, pero eso no cambiaba nada. Para mí una propuesta psicoterapéutica es una de transformación, no de explicación, y eso me llevó a toparme con un señor que se llama James Hillman, del que hablaré más adelante.

Si hablamos del linaje del psicoanálisis, sin duda el iniciador fue Freud, el que le siguió fue Jung, el que siguió a Jung es Hillman. Hillman es un jungiano y es el que le dio voz a lo que se llama psicología arquetípica. No todos los jungianos son arquetípicos, pero todos los arquetípicos pasaron por lo jungiano. Hay una cosa que fue muy importante cuando entré con él a análisis: me acuerdo en las primeras conversaciones entre quejarme y lamentar de que nadie me toma cómo soy y cómo puedo ser congruente, cómo puedo relacionarme con un mundo a dónde nada más las apariencias son las que definen a uno y cómo lo puede conocer. Y me acuerdo yo diciendo “no soy alemán, bueno soy, pero no soy, gringo no tengo más que educación, acento raro porque hablo varios idiomas, todos un poco mal, pero soy mexicano y me siento dividido tratando de ser quien soy…” Y él me dijo algo muy simple: “¿por qué no te imaginas que, en vez de estar dividido por ellos, todos esos se  encuentran en ti?”

K.E.: ¿Cómo es que esa idea te transformó?

Sven: Esa idea cambió mi vida y me dio la libertad de decir “Ya no tengo que pensar en eso, tengo más bien ser yo y descubrir quién soy andando, abrir camino andando”. Allí no me explicó nada, no interpreto nada, no tenía nada que ver con mi pasado, no tenía nada que ver nada con el porqué de las cosas, sino con el cómo una idea me reorganizó y me abrió espacio psíquico y posibilidades de para qué y a dónde voy.  

K.E.: ¿Qué lugar ocupan el cuerpo y la mente dentro de tu propuesta?

Sven: Si lo pensamos bien, mucha gente solamente le pone atención a su cuerpo cuando le duele algo, se les olvida que el cuerpo es lo que nos va a acompañar la vida entera, está siempre en el  presente. Yo sumé a mi formación jungiana arquetípica una formación somática, corporal, porque pienso que si voy a ayudar a una persona a conectarse con aspectos desconocidos de sí mismo, una de las mejores formar de hacerlo es darse cuenta de su postura corporal, de cómo uno se para, camina, entre otras cosas. Existen posibilidades de conectar a la persona a los aspectos invisibles para el yo retomando el cuerpo. Yo creo que le damos demasiada importancia a la mente, o sea ¿qué es la mente y dónde está? Y lo que pienso es que el cerebro es una parte del cuerpo. El hemisferio derecho tiene una vibración diferente a la vibración del hemisferio izquierdo. Podemos hablar de lo femenino, masculino, del jing-jang, pero vamos a ser más simple. Estas diferentes frecuencias vibratorias las experimentamos como pensamientos, entonces lo que llamamos la mente es lo que intenta hacer algo con estos mensajes que a veces son contradictorios.  Hay un pensamiento que en corto dice “sí puedo” y hay otro que dice “no, no vas a poder”;  uno es “soy este” y el otro “¿seré este?” La mente es realmente una gran confusión, le damos demasiada importancia a lo que son los pensamientos. Los pensamientos es la parte más básica y estas terapias que le dan tanta importancia a pensar y entender, pero que no cambian la vida de la persona, me frustran, porque veo posibilidades de usar niveles más elevados de la mente. Si lo observamos biológicamente, la mente del ser humano tiene 2 cosas que no tiene la mente de la vida biológica, de la vida de un animal.  Una es que se puede imaginar cosas y el poder de imaginar quiere decir que puedo hacer algo, que no pensaba que podía hacer. Si estuviéramos realmente basados en nuestro pasado, no podemos cambiar nada, nada más entenderíamos pero estaríamos atrapados en repetir siempre lo mismo. Pero gracias a la imaginación, podemos vislumbrar algo y gracias a vislumbrarlo podemos hacer luego que se haga realidad. Entonces, la propuesta psicológica que tengo es hacia delante, hacia lo que puedo ser, cómo hago real algo que es parte de mi naturaleza. La otra facultad que tiene la mente, que es a través de la imaginación y a través del intelecto, puede crear consciencia, lo cual expliqué anteriormente.

K.E.: ¿Qué entiendes por  espiritualidad?

 Sven: Yo entiendo la espiritualidad como una experiencia de algo que me lleva más allá de mí. Algo que transciende lo personal; retomando un poquito las ideas que mencioné, cuando nazco con un cuerpo, este es  lo primero, luego lo que me va aconteciendo en la vida va formando creencias emocionales y mentales. Pero si yo fuera solamente cuerpo, emoción y mente, estaría atrapado en repetir. Lo espiritual es qué me motiva y qué me permite ir mas allá de mi historia.

K.E.: ¿Con todo eso, cuál sería tu propuesta terapéutica?

Sven: Lo que pretendo es desarrollar un compromiso en actuar de forma creativa y constructiva.  Más que la persona diga “ah ya entendí” es que se de cuenta de su situación y con base a eso crea algo. Es decir, es una incitación a una acción y no una acción impulsiva. Es importante que la persona se de cuenta que si quiere obtener resultados distintos tendrá que hacer algo distinto. Entonces, es una propuesta creativa y constructiva.

Al hablar de mi propuesta, se me viene a la mente el tema de las adicciones, sobre lo cual estoy escribiendo actualmente, ya que es epidémico. Estamos adictos a la comida,  sexo, sustancias, internet. Hoy en día, casi nadie sabe cómo estar con uno mismo, porque solamente tengo que sacar mi celular y ya estoy acompañado. Pero si nunca estoy conmigo mismo, ¿cómo me conecto con esta vida interior? 

Yo creo que una terapia actual no puede ignorar lo que hemos heredado, pero tiene que tomar en cuenta que el mundo en el que vivimos es otro. Los jóvenes lo que buscan es una experiencia directa que los lleve mas allá de su experiencia personal. Con todo respeto a Buda, a Jesucristo, a todos los grandes maestros, lo que ellos trasmiten es lo que vivieron ellos, lo que quiere la gente hoy en día es no repetir lo que vivió el otro. Parte de lo que lleva a las adicciones es una búsqueda de cómo trasciende mi historia.  

Mi reto en la propuesta terapéutica es invitar, provocar, incitar al paciente a que diga ¿cómo voy darme cuenta de quién soy? Lo que aprendí de la psicología arquetípica, es que realmente estamos compuestos de muchas  partes y ¿por qué no entrar en relación con esas diferentes partes? Allí parto de la multiplicidad del ser que al mismo tiempo busca una experiencia directa. No que me cuenten , sino ¿cómo yo puedo trascender, cómo digo mi historia?

K.E.: Dentro de tu propuesta, ¿qué lugar ocupa el pasado de la persona?

Sven: Las  cosas que nos acontecen en la vida, las vamos organizando como historias que nos contamos de quiénes somos. Esto ayuda porque lleva a la construcción de un sentido de identidad de que yo soy es el producto de esas historias. Pero llega un momento en la adultez temprana en el cual, de repente, ya me creo mi historia y no solo me estructura y me da un sentido de identidad, me atrapa,  que es otra parte de mi propuesta terapéutica.

Allí entra otra vez la importancia de la imaginación, que permite decir “ok, esa es la historia que me he contado. Pero si abro un espacio psíquico, si abro posibilidades de otras cosas y me puedo imaginar otras cosas, me da la posibilidad de elegir y elegir con conciencia.” Yo les digo a mis pacientes. “si quieren trabajar conmigo, más allá de pagarme un dinero,  el compromiso que tienen es hacer algo: pueden cantar, dibujar, escribir, trabajar con barro. Tiene que darle forma externa a lo que se está moviendo internamente a lo que llamo sensaciones,  sentimientos, emociones,  pensamientos. Si yo voy hacer cosas, le voy dando forma externa al movimiento interno que no solo permite conocer una parte de mí, sino además cambia el registro que tengo de mi pasado.

Las experiencias de la infancia nos dejan huellas y de alguna forma a mi me gusta imaginarme que primero nazco y de repente me van pasando cosas, de las cuales me empiezo a defender porque así lo requiere mi sobrevivencia. Luego se me olvida lo que me pasó, pero sigo defendido. De pronto ya soy un adolescente y me presento  defendido ante le mundo y ya ni sé por qué. Otras propuestas preguntan: “¿dónde se originó eso?” y regresamos a la propuesta freudiana. A donde entiendo dónde lo  originó, pero no cambio nada.

Lo que estoy proponiendo es darle forma externa a los movimientos internos, lo que estoy creando es otra huella. Esa huella no va  a borrar la del pasado, pero puede tener suficiente energía  para servir como un nuevo marco de referencia para poder actuar de una nueva manera.

Entonces, lo más innovador de lo que hago, yo lo llamo “imaginación sonora” porque mi propuesta es que uso la imaginación para que la persona pueda de alguna forma recordar la situación que la tiene atrapada; al recordar y revivirlo, al tener consciencia, al poder observar y darme cuenta lo que estoy viviendo, puedo experimentar esos movimientos internos como vibraciones y la vibración es sonido.

Es usar el sonido de mi propia voz para poder entrar en relación con eso que me duele. Por ejemplo, si te puedo preguntar ¿qué sería para ti una emoción difícil?

K.E.: Miedo
Sven: ¿Tu miedo es caliente o frio?
K.E.:  Frio
Sven: ¿Es hacia adentro o hacia fuera?
K.E.:  Hacia adentro
Sven: ¿Y te lleva a actuar o te congela?
K.E.:  Me congela.
Sven: ¿En qué parte del cuerpo lo sientes?
K.E.:  Entre la garganta y el pecho.
Sven: Y si no pudieras usar la palabra “miedo”, ¿cómo describirías lo que sientes?
K.E.: Asco, terror.
Sven: Y a nivel del lenguaje de sensaciones: ¿cuál es la sensación del miedo, asco, terror?
K.E.: Frio, apretarme, querer gritar y no poder.
Sven: Y ¿cómo duele querer gritar y no poder?
K.E.:  Es como una impotencia muy grande.
Sven: Si te pidiera que cerraras los ojos y tradujeras todas esas palabras  que me dices en vibración ¿cómo sonarías? Lo voy hacer un segundo en esta improvisación, voy a cerrar mis ojos, imaginar que yo fui el que dijo todo lo que dijiste. Me voy a imaginar en esta situación de miedo, sentir el querer gritar y no poder y preguntarme ¿qué es el dolor?  Más que explicarlo en palabras voy a emitir el sonido de eso. Me concentro, imagino querer gritar y no poder. Cómo duele eso no sé, no es hacer un sonido, es descubrir (hace sonidos). La pregunta a ti es: ¿qué emociones escuchaste en mi sonido?
K.E.: Tristeza, dolor.
Sven: ¿Qué dolor?
K.E.: Interno, el de no poder expresarse.
Sven: Lo que estoy ejemplificando es cómo salí de la idea de algo para tener una nueva experiencia de ella que abrió un espacio psíquico, de repente en vez de ser una sola cosa, se volvió muchas cosas. Al volverse muchas cosas, se matizó, tomó forma e incitó a decir ¿qué voy hacer con eso? O sea, cambia mi relación con lo que yo llamé miedo, cambia lo que es el miedo para mí, cambia lo que haría en otra situación a dónde me topo con miedo.

Es un cambio energético, que va hacer que en el futuro yo pueda actuar diferente. Al darle forma, me pone en una relación, me da posibilidades de conocerme, de darme cuenta de mis emociones encontradas y que yo soy todas esas cosas y que al final de cuenta puedo yo asumirlas y liberarme de ser victimas de ellas.

Voy a poner otro  ejemplo de lo que hago con el sonido: ¿cuanta gente conoces que al hablar antes de terminar su frase de repente te están diciendo algo y van bajando la voz, se le esta acabando el aire? ¿Y qué hace esto con la comunicación?

K.E.: Desconecta, se pierde la atención.

Sven: También revela poca confianza en sí mismo, un tema de autoestima. Entonces, yo, sin analizar nada del pasado, le doy la consigna, “aunque se sienta artificial termina tu frase con el mismo o más volumen o fuerza que con la que iniciaste. La persona se ríe y dice “ay sí” y se siente falsa, porque siente que le falta aire. Pero si tú terminas las frase con la misma o más fuerza que con las que iniciaste, después de un ratito te vas a sentir diferente.

Además, va haber una devolución diferente, porque te van a escuchar más. Y de repente, en dos semanas puedo hacer más para crear confianza en uno mismo y cambiar la autoestima con un ejercicio, que con entender, pasar meses entendiendo cosas, y entiendo, pero mi autoestima sigue baja.

K.E.: ¿Es eso a lo que le llamas transformación?

Sven: Claro. Es allí donde ya soy otro, ya se transformó algo. La transformación es una palabra complicada, se refiere a que algo cambie de forma para que se abran posibilidades y uno pueda sustituir comportamientos destructivos, que al final de cuenta son intentos de trascender a mi mismo. Esto me lleva a comenzar a construir y a crear, a cambiar mi forma de interconectar y relacionarme con otros, me da la libertad de acción y de satisfacción.

Mucha gente habla de felicidad, yo hablo de satisfacción, esto no lo compras con todo el dinero del mundo. Entonces, me entusiasma, me apasiona, porque si le puedo crear una oportunidad en otra persona de que trascienda en su historia, de que se salga de la idea quién soy para poder ser algo que ni siquiera sabían que podían ser. De alguna forma hablé de vocación, se me hace que darle eso a una persona, es darle vida, y eso me lleva a seguir apasionado por esto y querer ofrecerlo a un público.


K.E.:¿Cuáles son tus proyectos a futuro?

Sven: Quiero escribir. Es difícil de escribir, igual y en la entrevista hasta que no lo ejemplifiqué, era nada más hablar más ideas. Entonces ¿cómo escribo acerca de algo que es esencialmente vivencial? Pero este es mi reto, porque creo que ofrecer esta propuesta que toma en cuenta que uno necesita experiencias directas que lo lleven mas allá de uno, hacia algo transpersonal ayuda a establecer un dialogo no con el mundo externo sino con mi vida interna. Jung decía “todo lo que pasa externamente es meramente un pretexto para desarrollarme internamente, si me desarrollo internamente, yo puedo ser otro externamente”.

La propuesta es de una continua transformación, de participar de forma más consiente en las transformaciones que la vida misma me exige, para poder ser más que la victima de las circunstancias, proponer cosas, que hacen que mi participación tenga un efecto creativo y constructivo en mi entorno. Entonces, es ambicioso pero los resultados son los que me entusiasman, porque cambian la vida de alguien.

K.E.:¿Qué le podrías decir a todas aquellas personas que están interesadas en estudiar la psicología profunda?

Sven: Antes que nada que de alguna forma puedan conectarse con algo de lo que he dicho y digan “yo quiero eso”.  De hecho, aparte de terapia, yo formo terapeutas, superviso terapeutas, estoy en proceso de actualizar una formación en la cual uno puede aprender esas diferentes técnicas. Mi propuesta la estoy llamando psicología profunda, porque realmente es profundizar en la experiencia de cada uno, como he explicado. No estoy peleado con otras teorías, más bien quiero sumar herramientas, entonces la propuesta está abierta para el que quiera experimentarlo o sumarlo a sus otras herramientas para poder ser más efectivo en lo que hace o formarse. La cuestión es hacer contacto conmigo, mi correo electrónico es sven@psicologiaprofunda.com,  estoy actualizando la pagina web y estoy en Facebook como “psicología profunda”. Al que le interesa podemos canalizar lo que precisa la persona en ese momento y ver si su búsqueda puede ser satisfecha con lo que ofrecemos.

mayo 2013





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